jueves, 19 de enero de 2012

Magia


Era aún de día cuando llegó a esa playa y se sentó en la arena, hurgando con sus dedos en ella, sintiendo su frescura.
Era aún de día cuando conectó el iPad y su canción preferida empezó a retumbar en sus oídos. Incluso aún era de día cuando la fría brisa de enero empezó a chocar con fuerza contra la fina y pálida piel de su cara y haciendo que su pelo ondease en el aire.
Había ido allí para no pensar, tan solo para sentir el aroma salado del aire y la brisa marina contra su rostro. Pero sus manos no podían quedarse quietas y empezaron a escribir cosas sin sentido aparente en la arena. Ni siquiera ella sabía que estaba escribiendo pues sus sentidos estaban demasiado ocupados sintiendo todo lo que la rodeaba y escuchando esa preciosa canción, para saber que escribía su insconsciente.
Pero la canción llegó a su fin y con él también su absorción del mundo de los pensamientos. Miró la arena, aquella en la que había escrito inconscientemente en ella. Y vio esa palabra. Aquella que llevaba días rondando por su mente, por todo su cuerpo.

- Magia. - Leyó lo que había escrito y por unos instantes se quedó en silencio.

Una sonrisa tímida asomó en su rostro y un brillo especial se apoderó de su mirada. Él vino  a su mente. Y con él, palabras, conversaciones, confesiones a altas horas de la madrugada, sentimientos, emociones... pensamientos. Ella volvió a sonreír, esta vez con un deje de melancolía.
Se dejó caer en la arena, sin importarle que esta no perdería la ocasión de jugar al escondite entre sus mechones. Cerró los ojos y poco a poco empezó a imaginarse otra vida, otras experiencias, pero todas con él.

 ¿Y si no fuera tan malo amar a una sola persona? ¿Y si a veces se cerraba tanto en su propio mundo que no permitía que la felicidad entrase en su vida? A lo mejor tendría que tirar por un precipicio todos sus esquemas y volver a alzar otros pero esta vez, sobre un pilar más firme, más seguro... más flexible.

martes, 17 de enero de 2012

Confianza



Un gran espejo. Dos personas en aquella pulcra habitación. Él la coge de la mano con suavidad, tira de ella, y la sitúa delante del espejo, colocándose él detrás.

- Dime, ¿Qué ves? –

Ella observa con la mirada perdida el reflejo que le devuelve el espejo. Sus labios se curvan en una sonrisa casi imperceptible.
- A ti. –
Él se ríe y hace un movimiento suave con su cabeza, una negación.

- Hay alguien más en ese reflejo. ¿Quién es?

Su rostro se vuelve serio, concentrado, con el ceño fruncido y un mohín. Él la mira embelesado. ¿Existía la perfección? No lo sabía, pero si existiese, Anabelle la personificaría.

- Yo. Si, soy… yo. –
- Aha. ¿Y que le falta a tú yo reflejado? –
- Le falta… sí… - comenta despistada y pensativa. – Le falta brillo. –
- Así es. ¿Por qué crees que es? –
- Por qué… creo que es porque le falta alguien. –
- ¿Y quién es ese alguien? –
- Tú. –

Una respuesta rápida y sin vacilación. Sin pensamientos y sin demoras. Una palabra, un sentimiento, una verdad silenciosa gritada al universo. Sus miradas se cruzan en el espejo y ambos se encuentran sonriéndose. Él la abraza y deposita un beso en su cabeza. Ella cierra los ojos y una lágrima recorre su mejilla. ¿Esto es el amor? ¿Y la felicidad? Ninguno lo saben pero, ¿qué más da? A veces no hay que ponerle nombre a las cosas, si no que tan solo hay que dejarse llevar; tan solo hay que… sentir. 

miércoles, 11 de enero de 2012

Melodía


Cierro los ojos. Me dejo llevar por la fuerza de Make me wanna die, de The Pretty Reckless.
Siento como mi pulso va aumentando.
Como mi pie empieza a moverse al estridente ritmo de la canción.
Noto como mis ansias crecen.
Como mi fuerza aumenta con cada nota, con cada palabra.
Sonrío, me encanta su voz, pero no solo como cantante;
Su voz tiene fuerza, sensualidad…pasión.
Y eso es lo que siento en estos momentos. Me dejo llevar y pienso en ella,
En una botella de tequila; en la oscuridad de la habitación.
Otra vez en la canción. Y en el calor que poco a poco empieza a invadir mi cuerpo.
Me llevo la mano a la cabeza, y la sumerjo en mi corta pero densa melena,
Y baja, baja para acariciar inconscientemente mis labios y mi nuca.
A la vez que mis labios tararean la letra y mis ojos se vuelven negros.
Negros por la pasión, por la rabia, por la fuerza… por todos esos sentimientos multiplicados por tres.
Y vuelvo a poner la canción. Y él canta.
Y su voz… su voz hace que desconecte de este mundo corpóreo
Para sumergirme en un universo paralelo,
Sublime… lleno de pasión, de música, de ansias…de caos.
Un mundo creado por los más oscuros sentimientos;
En definitiva, el mismísimo infierno. 

jueves, 5 de enero de 2012

Soledad


En la oscuridad de la noche, una chica disfruta de su soledad en el rellano de su casa. Mira por la ventana que hay en el techo y suspira. Dos pisos más abajo una docena de personas se encuentran celebrando algo, algo que ella no comparte. Unos planes de futuro en los cuales ella no quiere estar. Ella quiere… no, no lo sabe. Sabe tantas cosas pero a la vez tan pocas… Sabe quien es, que quiere ser, que quiere sentir… pero no sabe con quien, ni cuando, ni siquiera el por qué. Pero no le importa, no, no lo hace porque ella quiere vivir cada momento como si fuese el último. Sin importarle las consecuencias y sin pensar en un mañana. Ella tan solo quiere sentir; lo que sea pero que la haga sentir viva, persona, más humana que ningún otro ser de la faz de la tierra. Ella quiere sentirlo todo al máximo. Quiere exteriorizar cada una de las emociones que la invaden, pero no lo hace. ¿Por qué? Por miedo. Por sentirse rechazada, porque en su fuero interno y a pesar de lo que da a entender quiere ser aceptada, querida y comprendida. Quiere encajar pero a la vez no quiere dejar de ser quien es. Le gusta su yo actual y le gusta más aún la idea de lo que puede llegar a ser si se lo propone. Pero aun así no encuentra la forma de acercarse a ese yo sin verse afectada por las personas que pasan por su vida, sin dejarse influenciar por ellas. Y también tiene miedo a algo más… a llegar a depender de esas personas. No, la dependencia de alguien para ella es como una droga que poco a poco la acabaría consumiendo y ese podría decirse que es su mayor miedo. El dejar de ser quien es, el depender de alguien, sobre todo emocionalmente. Por eso el amor no está hecho para ella, por eso lo rehúye con todas sus fuerzas, porque sabe que si en algún momento se enamorase… lo haría con todas las letras y con mayúsculas y eso… eso sería su perdición.
Por eso suspira mientras mira las estrellas, soñando una vida que no tendrá y soñando que algún día el mundo será como ella lo está soñando, aún a sabiendas que el mundo nunca será algo tan maravilloso como ella desea.


martes, 3 de enero de 2012

Un año más, un año menos


Unos últimos recuerdos pasan por mi mente mientras las 12 campanadas resuenan en la estancia. 
Recuerdos buenos y otros no tanto.
Un balance sobre estos últimos 365 días de mi vida. 
Un balance sobre un año que ha sido decisivo en mi vida y que ha sido especial.
Un fin de año que deja muchos recuerdos: Granada, Austria, ellos, tú...
El 2012 comenzó con un pensamiento "Te conoceré algún día?"
Y esa misma noche una mensaje me contestó a aquella pregunta que formó parte de mis 12 deseos del año. 
Pero eso no importa, o bueno tal vez sí, pero lo que más importa son las ganas que tengo de vivir, 
de hacer cosas, de ser yo misma, siempre yo misma. 
De demostrarle al mundo como soy de verdad,
Que en más de una ocasión se han equivocado conmigo y que incluso siguen haciéndolo.
Quiero conocer, aprender, sentir, vivir...
No me da miedo vivir desilusiones, porque eso quiere decir que habré vivido y que justamente por tener la capacidad de vivir al máximo y de sentir, estoy sufriendo ahora. 
Solo quiero que este año sea mucho mejor que el anterior,
más lleno de momentos especiales, de recuerdos bonitos y de gente maravillosa. 

Y solo os quiero dar las gracias por haber pasado tantos meses conmigo y que espero que estemos juntos mucho tiempo más, mis queridos bloggers. 

Feliz año a todos y espero que hayáis empezado el año con las mismas energías y ganas de vivir que yo.