miércoles, 21 de noviembre de 2012

Cocco

Sentada en el balcón, cruzada de piernas, y con la mirada perdida en las hojas blancas de la libreta de su regazo, escribía. Escribía todo lo que su mente le decía; susurros del pasado, del presente y quien sabe si también del futuro. Pensamientos que con cada palabra impresa en el impoluto papel, dejaban constancia de su personalidad, de sus manías, de sus frustraciones...