lunes, 25 de noviembre de 2013

Good bye, friend.


¿Eliminar contacto? El contacto se eliminará. Cancelar – Aceptar.

Tras pensárselo un segundo más, le dio a aceptar, borrando así todo rastro de su persona del móvil. Ya ni llamadas, ni mensajes, ni tampoco whatsapps. Adiós. Fin.

Llevaba tiempo esperando a que volviese a dar señales de vida, pero al ver que semanas e incluso meses después de su último encuentro, no volvía a saber nada de él, decidió que se había ido. No lo juzgaba, de hecho no tenía porqué hacerlo, ni tampoco le reprochaba nada, aunque en el fondo, tal vez, estuviese desilusionada, decepcionada. Pero sabía que esa relación no tenía futuro. Habían tenido algunos encuentros divertidos, donde las buenas vibraciones y la explosiva química lo inundaba todo, pero ya está. Había demasiadas cosas que los separaba y que no los llevaría a buen puerto. A lo mejor no tantas como las cosas que sí que tenían en común, pero por lo visto, si las necesarias para que él lo dejase todo, sin decirle siquiera adiós. En el fondo eso es lo que la cabrea, el hecho de que no tuviese el coraje de decirle que hasta allí habían llegado. Ella no habría dicho nada, lo habría entendido. Sí, le habría jodido, pues había empezado a sentir cariño por él, pero siempre fue consciente de que llevaban vidas diferentes, por lo que le habría dicho que se cuidase y que hasta siempre. Sí, el problema era la valentía, o mejor dicho la escasez de valentía, de él; le jodía pensar en él como un cobarde. A lo mejor porqué le cuesta tanto pensar en él de esa forma es por lo que intenta pensar que tenía otros motivos para no haberle dicho nada; motivos que lo único que consiguen es preocuparla y hacer que se invente mil y una historias sobre lo que le ha podido pasar, pero en el fondo ella sabe que son tan solo eso, historias, y que la verdad era que habían llegado a un punto de su relación que le aterraba. Lo que él no sabía era que a ella le pasaba lo mismo. Estaba asustada porque no quería absolutamente nada con nadie, un polvo rápido y listo; pero con él era diferente, porque realmente la hacía sentir bien, no especial, si no simplemente bien, y eso era más de lo que los demás habían conseguido.

Él se tenía que haber sentido especial por haber conseguido que ella se abriese como lo hizo, que le contase sus miedos, inquietudes y que dejase a la vista sus imperfecciones. Pero ella quiere pensar que no todo el mundo tiene porque apreciar esas cosas como ella lo hace. Sabe que él le tuvo cariño, y lo sabe porque confiaba en él y esa confianza no quiere estropearla con paranoias ni con malos pensamientos infundados, sobre todo, por el tipo de relación que la sociedad considera “buena” o “mala”. La suya era una relación rara, diferente. Una de esas en las que cada uno tenía total libertad, donde no habían celos, ni dudas sobre el cariño que se sentían. Para ella era peculiar en el sentido de que por una vez en su vida, no se sentía juzgada y no sentía vergüenza por hacer el ridículo delante de él.


En definitiva, su relación era una de las tantas contradicciones que había en su vida: sabía que no tendría un buen final, pero el viaje le merecía muchísimo más la pena. Esos vaivenes que vivían, la divertían, la hacían vibrar y sentir algo, lo que fuese, pero la hacían sentir y eso hacía que sus días fuesen más llevaderos, más agradables. No, no era una depresiva ni una mutilada emocional que lo necesitaba a él para sentirse bien, no, simplemente que -como todo el mundo- tenía sus días, y en esos momentos, él la ayudaba: su simple idea la animaba. Pero esos tiempos han pasado, y en su opinión ya habían durado más de lo que esperaba. Ahora él ha desaparecido, y ella por fin ha tomado la decisión de borrar todo rasgo suyo de su vida. No para hacer como que nunca ha existido, si no para borrar la esperanza de que algún día volverá, porque esa idea no le trae nada positivo, y ya se ha cansado de esperar en vano. Sabe que él no volverá, y bueno, aunque lo eche de menos, sabía que este momento llegaría.

3 comentarios:

  1. Aunque es un relato triste, me ha gustado mucho. Se nota que vas mejorando poco a poco. Besos de ánimo y una cerveza pendiente en el bar que tú elijas.

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